
WASHINGTON. Si bien muchos legisladores republicanos apoyan la política del presidente George W. Bush en Irak, cada vez son más los que lo abandonan y le quitan su respaldo en asuntos nacionales que pueden repercutir en los comicios del 2008.
Bush no tendrá que enfrentar a los votantes, pero un tercio del Senado y toda la cámara baja serán renovados en poco más de un año. Los votos de los legisladores en temas como el veto de Bush a una iniciativa que expande la atención de la asistencia médica de niños podrían asestarle un golpe.
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